!Por fin! Agua salada otra vez...
Este domingo subimos con el club a Castro Urdiales. El norte es lo que más cerca nos queda, desde Salamanca nos ponemos allí en apenas 4 horas.
Tenemos dos inmersiones programadas, ambas preparadas para que los buzos que están haciendo el curso 2 estrellas hagan sus últimas prácticas.
Hacemos la primera desde barco, con el club BuceoAgua, a las 11:30 de la mañana en la zona de "Los Cañones".
Nada más salir del puerto nos encontramos con un pez luna flotando en la superficie. Nos acercamos con la barca para verlo más de cerca. Es un pez grande (puede llegar a medir 3 metros y pesar una tonelada) de color plateado, este no pasaría del metro de largo. Nuestro intrépido veterinario Gaspar certificó que el bicho estaba muerto. Una pena.
En el briefing se decide hacer dos grupos, en cada uno de ellos van dos B2E para hacer su práctica, el instructor y el resto de buceadores. Se dan las instrucciones pertinentes y al agua!!
En mi grupo vamos seis buceadores: Julio y Alfonso, que están haciendo el curso, Bea y Jose que por fin se han podido unir a las inmersiones y cerrando, Jose Carlos y yo.
Es una inmersión entretenida, no pasamos de los 12 metros de profundidad y aunque el agua está fresquita, se aguanta bien casi hasta el final. A pocos metros del cabo del ancla nos encontramos con los famosos cañones. Son bonitos, están llenos de plantas y peces pequeños. El fondo es rocoso, y en la pared de la derecha vamos viendo nudibranquios (moluscos gasterópodos también llamados babosas de mar) de muchos colores, que son casi lo mejor de la inmersión, junto con el arco que atravesamos (lamentablemente con gran suciedad en el fondo).

Nudibranquio. Foto de Nano Cordovilla en
http://www.fotonatura.org/galerias/fotos/174631/
Tras la inmersión en los Cañones volvemos al puerto, con el tiempo justo para ir a los coches a por las botellas que habíamos llevado de Salamanca y dirigirnos al solarium a hacer una
inmersión de infantería.
Me gustan mucho las inmersiones en esta zona. A pesar de resultarme incomodísimo tener que acceder al agua con el equipo cargado y la dificultad de acceder al agua por las escaleras llenas de verdín, disfruto mucho de estas inmersiones. Poca profundidad (máximo 7 metros) y mucha vida. Entre otras cosas pudimos ver un calamar que asustado nos echó toda la tinta encima, una nécora gigantesca y un precioso y enorme banco de Lithognathus-mormyrus que nos envolvió.
En definitiva, un par de estupendas inmersiones que compensan las 4 horas de viaje para ir y las 7 para volver (atasco enorme).
Y ya pensando en la próxima salida de buceo...